AVISO: Esta entrada hace referencia a la violencia de género que sufre la mujer como parte de una sociedad patriarcal. No se omite ni desconoce el hecho de que los hombres también sufren violencia y violencia de género y, por tanto, conductas violentas de baja intensidad que también les afectan tanto en su autonomía como en sus relaciones sociales.
Desde hace algunos meses, los medios de comunicación parecen tener más presente el concepto de ‘violencia machista de baja intensidad’ y empieza a leerse con frecuencia el término ‘micromachismo’.
Se trata de poner nombre a esa violencia que sufre la mujer pero que no se manifiesta en forma física, sino en conductas e interacciones aceptadas públicamente, normalizadas, teniendo en cuenta la construcción patriarcal de la sociedad. Así, lo cotidiano acaba invisibilizando la violencia que ocultan conductas como la asignación automática de roles domésticos/familiares o la posición secundaria del trabajo de ella frente al de él, hasta el sentido del lenguaje hacia la mujer -desde un idioma sexista hasta los piropos no pedidos-.
El término ‘micromachismo‘ lo empleó por primera vez en 1991 el psicoterapeuta Luis Bonino Méndez, y podéis leer un (muy recomendado) artículo suyo al respecto en este enlace, donde diferencia entre los tipos de micromachismos y cómo afectan en el ámbito de una pareja.
Precisamente sobre este tipo de conductas y sobre la violencia contra la mujer trata el cortometraje ‘Oppressed Majority’ (Mayoría Oprimida), que su realizadora, Eleonore Pourriat, subió a Youtube el pasado martes y que lleva ya más de 2,7 millones de visitas.
En él, vemos a un hombre joven desempeñar sus quehaceres diarios -encargarse de su bebé, visitar a un amigo, dar un paseo en bicicleta, en un entorno algo distinto: las mujeres son quienes están «al mando».